Cada junio, miles de estudiantes de Bachillerato se enfrentan a la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EBAU), una prueba que, lejos de ser común, presenta notables diferencias según la comunidad autónoma en la que se realice, lo que ha generado nuevas críticas sobre su equidad y objetividad.

Según datos recopilados por diversas asociaciones estudiantiles y docentes, el contenido, la estructura de los exámenes, el nivel de dificultad y los criterios de corrección varían sustancialmente entre regiones. En comunidades como Madrid o Castilla y León, los exámenes presentan una mayor carga teórica y menor opcionalidad, mientras que en otras, como Andalucía o Cataluña, los modelos incluyen más preguntas a elegir y enfoques menos exigentes.

La disparidad ha reavivado el debate sobre la conveniencia de una EBAU única en todo el territorio nacional, especialmente en un sistema en el que las plazas universitarias se disputan en régimen de concurrencia competitiva. Varios estudiantes consultados por DiarioLibertad.org denuncian que “no compiten en igualdad de condiciones” y que “la nota de corte puede verse inflada o reducida dependiendo de la comunidad, y no del esfuerzo real del alumno”.

En este contexto, desde la Organización Libertad de Estudiantes de Canarias, se ha exigido al Ministerio de Educación la implantación de un modelo nacional de acceso a la universidad, con temarios unificados, criterios de evaluación comunes y un sistema de corrección auditado. “El acceso a la universidad debe fundamentarse exclusivamente en el mérito y la capacidad, no en el lugar de residencia”, expresó esta mañana Mario Oramas, presidente de la organización, en rueda de prensa.

Profesores universitarios también han mostrado preocupación. Varios decanos de facultades públicas han alertado en informes internos sobre la “distorsión del principio de igualdad” que supone el sistema actual.

Por su parte, el Ministerio de Educación ha evitado pronunciarse sobre una reforma a corto plazo. Aunque en anteriores legislaturas se barajó una “prueba común”, los acuerdos con comunidades autónomas gobernadas por el PSOE y la presión de los gobiernos regionales han paralizado cualquier intento de homogeneización.

En el plano político, el Partido Popular (PP) ha defendido públicamente la creación de una EBAU común en toda España, y de hecho, en julio de 2024, las comunidades autónomas gobernadas por el PP firmaron un acuerdo para coordinar entre ellas una prueba unificada. Por el contrario, el Partido Socialista (PSOE) se ha mostrado reticente a esa propuesta, defendiendo la competencia autonómica en materia educativa y descartando, por ahora, cualquier avance hacia un modelo nacional.

Mientras tanto, más de 200.000 estudiantes se preparan para una prueba clave que no les exigirá lo mismo según dónde vivan, lo que plantea un escenario que expertos califican de “injusto, desigual y profundamente desmotivador para los alumnos de zonas más exigentes”.

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